Faltaban pocos días para que los alumnos que aún seguían en la escuela, fueran llevados al frente de batalla. Mientras tanto recibían noticias de sus compañeros que ya estaban luchando contra las fuerzas de la oscuridad. A oídos de los alumnos llegó una noticia que estremeció a todos, la joven guerrera elfa Mirial, había tenido un duro combate con un dragó verde, pero la joven se paralizó del miedo, y fue herida gravemente, el dragón le había infligido un fuerte golpe, pero ella fue sacada del campo, y fue enviada a reposar hasta que volviera a estar en condiciones para la lucha. A los otros compañeros por suerte les estaba yendo mejor, con muchos herreros pero siempre apoyados por caballeros de mucha experiencia.
El día había llegado, el resto de los alumnos fueron llevados al frente, acompañados por el propio emperador Petrus y por sus mejores caballeros, Rodrik y Devorat. Una vez en frente, pudieron ver a sus demás compañeros, inclusive a Xavit que ya estaba mejor y se encontraba en perfectas condiciones para luchar. El grupo fue agasajado por un pequeño almuerzo, reinaba la alegría pero los nervios en muchos de los discípulos se hicieron sentir. Mac se encontraba nervioso, pero al ver a la adivina, sus temores y miedos abandonaron su cuerpo, ella se le acercó y le daba coraje, además le contó que llevaba la prenda que le había hecho hacer Mac en el reino de sus padres. Eso dio fuerza a Mac para enfrentar al enemigo en batalla. Luego todos los discípulos fueron divididos en diferentes compañías.
Ya no había marcha atrás para los alumnos. Mac salió al campo de batalla, el enemigo contaba con los Chacales negros, los cuales eran montados por unos duendes amarillos y de ojos rasgados, los cuales lanzaban miles de pequeños discos de energía, que los hacían muy fastidiosos y peligrosos, ya que también eran bastantes agiles, los cuales eran llamados Shinoks. Mac trató de mantener la calma, pero no pudo evitar tener errores, para su suerte cada novato tenia a un caballero con experiencia que les cubría las espaldas. El enemigo no contaba con un gran ejercito, pero eso no implicaba que no tuvieran que estar muy atentos de lo que hacían, cada error podía ser fatal.
En el primer día tanto el Emperador como sus ayudantes estuvieron en el frente, pero lo hicieron por poco tiempo ya que debían abandonar el campo de batalla.
Laurak, Amón, Rocyl, e Isra combatían contra las bestias llamadas Rulefras, que eran bestias enormes de cuerpo rectangular y con grandes cabezas giratorias, eran potentes adversarios y que solo se podían vencer con la fuerza unida de cuatro o más caballeros, pero que de forma singular era imposible. En el campo también se encontraban Davit, Didak y Leor que ya con un poco más de experiencia trataban de hacer su mejor esfuerzo para vencer a sus adversarios.
En un momento de reposo, Laurak y Davit se encontraron, la pasión que existía entre los dos era evidente, a escondidas los dos fusionaban sus cuerpos en uno, la virilidad del centauro hizo perder la cabeza a la joven guerrera de las tinieblas.
El primer día en el campo de batalla había finalizado, ya no eran más alumnos, ahora se habían convertido en caballeros, pero aún les quedaba mucho camino que recorrer para los jóvenes magos y hechiceros.
Parte del grupo había decidido ir a comer juntos, Amón, Helior, Eliz entre otros, pero Mac que se encontraba mal por una herida en la cabeza que le había ocasionado el enemigo no pudo ir con sus compañeros y fue a su tienda a reposar.
Al otro día el grupo tenía guardia de noche, cuando el enemigo se hacía más poderoso y numeroso. Al inicio Mac fue puesto a combatir contra los chacales y los hombrecitos amarillos, a pesar de combatir duramente se encontraba feliz porque estaba cerca de su amor, la adivina Aola, la cual le cubría las espaldas. Pero al pasar la noche, ambos fueron separados y enviados a diferentes compañías, ahora a Mac le tocaba combatir contra los dragones verdes, junto a él se encontraba la hobbit Monik, la cual desempeño un buen combate, al contrario de Mac ya que sus nervios al ver a las imponentes criaturas hizo surgir un temor increíble dentro de él, por suerte a su lado se encontraba combatiendo la mujer de Rodrik que era una hechicera muy poderosa, llamada Martar, la cual ayudó mucho al joven que no recordaba nada de lo que había aprendido, y que por sus movimientos torpes casi hace peligrar la vida de los demás compañeros, también en la compañía de Mac se encontraba otra hechicera poderosa llamada Vanes, la cual trataba de tranquilizarlo, y le daba consejos de que conjuros lanzar contra los poderosos dragones, Mac tiró varias bolas de poder, que dieron centro, pero igual seguía nervioso, su corazón latía fuertemente, por lo vertiginosa que era la batalla, ya que no se podía distraer ni por un momento porque si no hacia podía ser su perdición. Otra poderosa hechicera de alto grado también ayudó a Mac cuando se encontraba en dificultas, la cual tuvo que intervenir muchas veces para que el joven licántropo no fuera devorado por los poderosos dragones verdes.
De tanto en tanto Mac volvía a las trincheras a reposar un poco, y en donde se encontraba con algunos de sus compañeros, con una que se encontraba muy seguido era con la cortesana Laiad con la cual habían entablado una buena amistad, dejando atrás los problemas que habían tenido en el pasado, también estaba Didak el cual se mostraba cada vez más distante. Se encontró con el espectro de Pau el cual se encontraba combatiendo con otros seres de la oscuridad al otro lado del campo de batalla, el espectro se encontraba muy débil, ya que los conjuros que lanzaban sus enemigos lo afectaron demasiado, no pudiendo en muchas ocasiones con ellos, para su pesar, también tenía un capitán el cual tenía mal humor y que en vez de darle ayuda, le complicaba más la vida. Pau le contó a Mac que Aola se encontraba en su compañía y que estaba desempeñando una buena función, lo que dejó tranquilo al joven guerrero. Otras veces coincidió con la princesa Vika, la cual cada día que pasaba se mostraba más fuerte y determinante en sus labores, haciéndola una de las mejores cazadoras de dragones verdes.
Al amanecer Mac fue llamado a retirarse, pero en vez de irse a su tienda prefirió esperar a la bella adivina. En las trincheras se encontró con Amón, el cual le confesó que le faltaba a su gran Dios, el Emperador Petrus, también se encontró con Aldriál que se encontraba exhausto por haber combatido toda la noche a los chacales y sus jinetes, los Shinoks. Al grupo se unieron los dos mercenarios, Leor y Didak y por último fue la hada Eliz la cual también había sido puesta a combatir a los chacales. El grupo había decidido salir de las trincheras y dirigirse al pueblo más cercano para tomar algo, pero Mac desistió ya que prefería seguir esperando a la adivina y a su amiga la cortesana Laiad. Pero antes de que se marchen, Mac pudo notar en los ojos de la hada, el fuego de pasión, el cual seguía ardiendo por el mercenario Leor, pero a él no le interesaba a la hermosa Hada, ya que solo había sido otras de sus conquistas, en cambio para la Hada, si bien lo disimulaba con todas sus fuerzas, el mercenario la había dejado marcada y su corazón aún seguía latiendo por él.
En las trinchera, el príncipe licántropo, estuvo compartiendo algo de comida con la joven guerrera de las tinieblas la cual esperaba ansiosa el regreso de su poderoso guerrero Davit. Después se les unió la mujer pantera Lesl, que había a penas salido del campo de batalla e informó que el resto de las compañías se estaban replegando, ya que el enemigo de manera veloz había comenzado a retirarse. Al cabo de unos minutos el centauro Davit apareció, la joven guerrera montó sobre el lomo del imponente ser y se marcharon juntos. Mac se quedó solo por algunos momentos, hasta que se le unió Jordit, el drow, que se encontraba cansado por la dura batalla que había librado e informó a Mac de que casi todos los hechiceros y caballeros habían abandonado el campo de batalla, luego se marchó junto al caballero Felip. Una media hora más tarde se encontró con la preciosa adivina Aola, ambos estuvieron hablando por algunos minutos, ella le contó que estaba mal, ya que había sido herida en el pie por un conjuro lanzado por los seres de la oscuridad, y le confesó que no solo había sido atacada con los seres de la oscuridad sino que también había sido conjurada por el Hada Eliz. Mac se quedó dubitativo ante la afirmación porque no encontraba motivos algunos por tales hechos, pero Aola le explicó que era debido porque ella era amiga de Laiad, y como Eliz odiaba a la cortesana, toda amiga o amigo de ella, para la hada, representaba un potencial enemigo. Luego de que terminó de explicarle eso, la adivina fue a cambiarse las vestiduras. Mientras tanto Mac siguió esperando en las trincheras en donde al cabo de unos minutos se encontró nuevamente con el espectro Pau, que había decidido esperar a las jóvenes para después irse a comer algo. Pero la espera se hizo muy larga, los dos seres no podían entender la tan prolongada demora, pero luego una luz muy brillante vieron aparecer entre la luz tenue del alba, era la adivina, que lucía unas vestiduras blancas, la cual hacían ver a la adivina como una diosa, la joven llevaba el pelo bañado y explico a sus amigos que su demora fue debida porque había decidido darse un baño en una cascada que se encontraba cerca de las trincheras. Por último Laiad se les unió, pero la cortesana había dejado olvidada una prenda mágica en el campo de batalla y tuvo que regresar por ella. Los tres en cambio decidieron ir al pueblo más cercano esperando a que la cortesana los alcanzara. Un guardia les dijo en donde se encontraba el pueblo más cercano, comunicándoles que no estaba tan lejano, pero en realidad los tres tuvieron que caminar por largos kilómetros hasta llegar al lugar en donde les habían indicado. En todo el trayecto Mac no podía quitarle los ojos de encima a la bella Aola, sentía admiración hacia ella, el conjuro que le había hecho la adivina era muy potente y cada vez que él se encontraba adelante de ella, sus demás pensamientos se cancelaban siendo la primera preocupación para el príncipe la joven adivina.
Una vez que llegaron al pueblo encontraron una taberna, allí vieron a Laiad, los demás se encontraron sorprendidos al verla, ya que no se la habían cruzado en todo el camino, pero la cortesana les informó que le habían cedido un caballo y que por eso había llegado antes que ellos al pueblo.
Aola se encontraba muy mal de su herida y estaba muy fastidiosa, Mac trató de animarla y después de varios intentos pudo hacerlo. Pero ya era tarde y casi todos estaban cansados o tenían otros empeños todavía por hacer, por eso después de beber y comer algo cada uno cogió su camino, esperando verse pronto.
Mientras tanto Mac se fue a reposar porque le quedaba aún otra dura noche que afrontar.
1 comentario:
¡¡Bieeeeeeeen!! ¡Por fin se puede leer sin que sangren los ojos! XDDDD ¡Vivan los correctores ortográficos!
Nada, la historia bien, a espera de que cuelgues las siguientes. Me he reído mucho con lo de las rulefras. xDDD
Publicar un comentario