El breve capítulo de hoy, es un anexo al Expediente Secreto Mac anterior: “La secta de los Pitufos”. El énfasis que había puesto en relatar lo malvado que era Papá Pitufo y sus secuaces me han llevado a pasar por alto describir otro de los males con los cuales debía librar diariamente Gargamel, su gato llamado Azrael.
Este ser, se mostraba obediente y siempre dispuesto a ayudar a su amo, pero era tan solo una fachada.
A diferencia de Gargamel que intentaba convertir a los pitufos, Azrael, intentaba comérselos, era un ser egoísta que pensaba solo en sí mismo, mostraba sus sucias garras afiladas contra los seres más débiles, siempre protegiéndose detrás de su amo cuando las cosas le salían mal. Primero daba el zarpazo, y luego cuando las cosas se ponían feas volvía con la cabeza gacha hacia Gargamel y se volvía a mostrar dócil pero en su interior se escondía toda su maldad
Por medio de Garfield, un ex amigo de la escuela de Azrael, he podido saber que éste se aquejaba siempre de su pasado turbio y de las torturas que había sufrido cuando era niño. Pero en vez de superarlo y seguir adelante, solo se encargaba de general más maldad y hacer cosas peores que las que había sufrido.
Una vez que su amo se dio a la fuga, Azrael se quedó vagando en el bosque, expectante a ver cómo evolucionaba todo, esperando nuevamente a mostrar sus afiladas garras a criaturas indefensas.
mac
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