Poemas de un asesino II

La Muerte Negra

De ella se han dicho muchas cosas,
Que no estaba en sus cabales
Que se ha vuelto completamente loca.
Ella espera tranquila en su alcoba,
Ha invitado a todos aquellos
A los cuales tanto odia,
A una cena de aniversario
Aniversario de su macabra gloria
Sentados alrededor de una mesa
Ellos se encuentran
Bebiendo de un buen vino
Estan ejecutando su propia sentencia.
La droga comenzó a hacer efecto
La oscuridad invadió sus cabezas,
Ahora ellos pasaron a ser la presa
De una de las asesinas más bellas,
Que ascendió del propio infierno
Para castigar a quienes no la respetan.
Con el ardiente fuego ella los quema,
Se divierte al hacerlo
Ya que tiene una mente perversa.
Sus víctimas piden clemencia
Pero ellas los ignora
Y los golpea con violencia.
“Un río de sangre”
Fue lo que tituló la prensa
Ni el más valiente soportó ver la escena
De aquel terrible espectáculo
Que había hecho la Muerte Negra.

La bella dama

En la oscuridad de los sueños
Ella se encuentra
Es gentil y bella
Y aparece cuando menos lo esperas
Pero a veces es cruel y siniestra
Y arrebata todo lo que ella desea
Tristesa y odio es lo que deja
Entre aquellos afortunados hombres
Que se han salvado de ser su presa
Muchos la aborrecen
Pero otros la desean
Por igual todos
Se paralizan en su presencia
El lamento de unos
O la invocacion de otros
A ella no le interesa
No tiene dueño
Y tampoco sigue las reglas

mac