viernes, 4 de diciembre de 2009

Dos pájaros de un tiro (Capítulo 5)

Marior regresó a la masía después de dos días y rápidamente organizó una reunión con sus amigos.

Durante horas los hombres de la Santa Inquisición estuvieron detrás de Luz, le siguieron el rastro por varios kilómetros, hasta llegar a un sendero que penetraba en el bosque.
La noche estaba cercana, los hombres no querían perderle el paso a la cazadora:
-Hemos tenido suerte en encontrarnos a esa cortesana, si no fuera por la información que nos brindó ahora estaríamos embarcándonos hacia el sur. –
El grupo era conformado por ocho hombres fuertemente armados con mosquetes y espadas.
La noche caló abruptamente sobre el bosque, y el grupo de inquisidores encendió varias antorchas para abrirse paso por las tinieblas.
-¿Qué estará haciendo la cazadora por estos parajes?
-Estará buscando en la oscuridad a su mejor aliado, al Diablo.
Aullidos de lobos comenzaron a resonar por todo el lugar, los hombres desenvainaron sus espadas. Nadie pronunció palabra, los caballos comenzaron a relinchar, el lugar se cargó de tensión, esperaban un ataque inmediato. Pasaron algunos minutos hasta que uno de los jinetes fue derribado por una bestia que se le tiró encima, los hombres dispararon con sus mosquetes, pero solo hacían enfadar más al licántropo, otros dos jinetes fueron atacados, estaban rodeados por unos diez hombres lobos.
El capitán del grupo estaba en el suelo a punto de ser mordido letalmente por una bestia pero después de unos disparos de pistola, el licántropo cayó muerto sobre el lugar. El hombre intentó sacarse de encima a su adversario y cuando pudo liberarse encontró una mano extendida para ayudarlo a levantarse, era de la Cazadora.
La mujer le dijo a los hombres que aún estaban de pie que abandonaran el lugar, el capitán se negaba a abandonar a sus hombres pero para los que habían sido mordidos era demasiado tarde. La Cazadora se encargaría de cubrirles las espaldas con sus pistolas con balas de plata.
A su pesar el capitán salió del lugar a caballo con los sobrevivientes.
Los licántropos se lanzaron contra la Cazadora que disparaba hiriendo a sus rivales, pero eran demasiado y uno de ellos, moviéndose entre las ramas de los arboles se posicionó detrás de ella.
El licántropo hubiera matado a la Cazadora si no hubiera sido interceptado por Marior en su forma de lobo que saltó sobre éste embistiéndolo contra un árbol.
De la propia oscuridad se corporizó la figura de una mujer que velozmente disparó con una ballesta saetas de plata contra los licántropos. Dos bestias iniciaron el ataque contra Emilie, pero utilizando sus poderes de vampiro, se protegió desvaneciéndose en la oscuridad.
La Cazadora y sus dos amigos de las Tinieblas tardaron media hora en deshacerse de toda la manada de licántropos.
Al día siguiente Luz fue en busca del capitán y de los tres inquisidores que habían sobrevivido al ataque de las bestias. La mujer llevaba consigo una caja que la depositó sobre la mesa en donde los hombres se encontraban almorzando. Los cuatro se levantaron y se posaron sus manos sobre las empuñaduras de sus espadas.
-Tranquilizaos, sé que estáis persiguiéndome, pues bien, os he traído un pequeño recuerdo.
El capitán obedeció al gesto de la cazadora que había señalado la caja. La abrió y encontró la cabeza de un licántropo.
-Si vuestra iglesia piensa que yo defiendo a estas creaturas de la oscuridad está muy equivocada y no pienso someterme a ninguna de vuestras pruebas.
Los hombres como respuesta desenvainaron sus espadas y las apuntaron hacia la cazadora.
-Si me hacéis algo no creo que salgáis con vida de aquí.
Todos los hombres del lugar habían desenvainado sus espadas o apuntaban sus pistolas contra los hombres, mientras tanto Rodririco estaba en un costado tocando algunos acordes con su laúd.
-Os recomiendo que abandonéis esta ciudad lo antes posible y que mandéis mis saludos a vuestra Santidad.

Horas más tarde los cuatro hombres de la inquisición abandonaron la ciudad de Barcelona en dirección al Vaticano, pero el capitán sabía que no tardaría mucho tiempo en volver a enfrentarse a la cazadora y la próxima vez sería la definitiva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno!! Marior es un héroe ;) Ya espero la sexta parte...

Frases que salen de nuestro cerebro estan regidas por un pequeño ser que se encuentra en la oscuridad de nuestra psiquis... eso es peligroso porque lo que busca este personaje es llegar a zonas frescas donde poder controlarte...

El lado oscuro del negro